martes, 18 de diciembre de 2012

Los tres períodos


1. Preembrionario  0-2 semana

Abarca el transporte del preembrión por la trompa de Falopio (mientras van dividiéndose sus células llegando al estadio de mórula), la implantación en el útero (ya en fase de blastocisto) y la fase posimplantatoria inmediata. Este período preembrionario ocurre antes de la primera falta menstrual y, por lo tanto, antes de que la mujer sepa que está embarazada. Si algo anda mal durante estos días, como por ejemplo que la madre tenga una infección, la respuesta sigue la ley del «todo o nada»: o se produce un aborto espontáneo precoz o no afecta al embarazo.

2. Embrionario 3a -8a semana

Comprende la formación de un embrión primitivo (gástrula) con tres capas celulares a partir de las cuales se forman todos los tejidos y órganos: el ectodermo, que da lugar al sistema nervioso y los órganos especiales de los sentidos, como los ojos y los oídos; el mesodermo, del que se derivan los huesos, los músculos, la sangre… y el endodermo, que origina la capa que recubre la mayoría de los órganos internos. Es un período altamente vulnerable. Todos los órganos y sistemas más importantes del futuro bebé se encuentran en formación y pueden dañarse si el feto se ve expuesto a enfermedades, como la rubéola, a las drogas, las radiaciones, así como a sustancias químicas y tóxicas.

3. Fetal, desde la 9a semana hasta el parto  

El embrión es ya un feto, y en esta fase crecen y maduran los tejidos y los órganos previamente formados en la etapa anterior. Las alteraciones de este período suelen ser más leves y se traducen usualmente en retrasos de crecimiento. Sin embargo, en algunas ocasiones (aunque raramente), también puede haber otros problemas, como alteraciones del proceso madurativo de algún órgano. Por ejemplo, una infección tardía por citomegalovirus podría dejar secuelas en forma de déficit auditivos, visuales o incluso neurológicos.

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